Camboriú entre morros y el mar

El Balneario Camboriú ya es un clásico en el sur brasilero, que cuenta con las concurridas playas del centro, otras más solitarias, y la cercanía de la selva.

En los últimos años se hay multiplicado los rascacielos frente al mar, junto a estas playas de arena clara y aguas transparentes, por lo cual ha recibido el el apodo de "la Dubai de Brasil”.

Entre los edificios sobresale el Millennium Palace, el edificio más alto de Brasil, de 177 metros y 46 pisos que culminan en una suerte de minitorre Eiffel. Casi piso cuesta cerca de los siete millones de dólares y lo habitan ricos y famosos.

Tal como la comparan, la "mini Río de Janeiro" cuenta con su propio Cristo, es el Cristo Luz, que se enciende con variados colores al atardecer y tiene algunas de las mejores vistas de la ciudad. Se puede ascender por el teleférico, que hace recordar al Bondinho del Pan de Azúcar.

Camboriú combina calles ondulantes de empedrado portugués de diseño blanco y negro, y sus propias Avenida Atlántica y Avenida Brasil, donde se encuentra la movida comercial de la ciudad.

Hoy es el 7mo destino más visitado de Brasil, por su belleza geográfica, a la seguridad y la gran cantidad de activiaddes que se pueden realizar, desde su splayas y los lindos paisajes de sus alrededores.

Desde el Morro do Careca se pueden disfrutar de espectaculares atardeceres, con una especial vista de la ciudad.

Hay que recorrer la Rodovia Interpraias o Línea de Acceso a Playas (LAPE), son 14 kilómetros de largo entre curvas y contracurvas, subidas y bajadas para descubrir las playas de Camboriú.

Hay varios miradores naturales al borde de la ruta, donde se puede observar desde arriba la belleza de los arcos naturales de arena bordeados por un Atlántico de aguas azul-verdosas.

La primera playa es Estaleirinho, que con su kilómetro de largo está rebosante de gente que se aloja en las lujosas posadas en los alrededores o pasa el día en los clubes de playa.

Le sigue Estaleiro que tiene casi el doble de extensión y una franja de arena más ancha. Hay algunos pedregales donde suelen encontrarse quienes disfrutan de la pesca.

Le sigue Praia do Pinho, es la primera y más famosa playa nudista de Brasil. Por más que uno intente, no se puede espiar desde afuera, porque no se ve nada. Hay que ingresar solo si se practica el naturismo. 

Taquaras debe su nombre a una caña bambú, tiene cerca de 1 kilómetro de largo, es tranquila y familiar, con algunos barcitos y las aguas transparentes son ideales para bucear.

Taquarinhas es muy concurrida en temporada, está resguardada por las grandes rocas contra las que pega el mar.

Playa Laranjeiras es la última de la Rodovia Interpraias y una de las más equipada para recibir a los visitantes. Allí se encuentra una de las estaciones del  bondinho del parque Unipraias, uno de los lugares más interesantes y entretenidos de Camboriú para dedicarle un día, gracias a su tirolesa a un rápido trayecto en trencitos entre la selva y a un bosquecito encantado que entretiene a grandes y chicos por igual. 

Desde Barra Sul navegan 45 minutos unos barcos piratas que salen del muelle y llegan a Playa Laranjeiras. A bordo se produce el espectaculo de música, donde un grupo de piratas que se disputan una chica.


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Titulo: Camboriú entre morros y el mar.
Publicado el 02/02/2018.
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Sitio: 365brasil.com
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